El proceso de creación de un jabón no es tarea fácil y ni se parece a un camino llano por el que tranquilamente pasear. Soñamos, ideamos y calculamos en nuestra cabeza el diseño y la forma que tendrá y le pasamos la paleta de color con el objeto de lograr embellecerlos aún más. Luego aparece el momento laboratorio en el que con los adecuados equipos de protección individual (no olvidar que trabajamos con hidróxido de sodio), la calculadora, el peso, el termómetro, etc. procedemos al baile de los distintos y diferentes aceites vegetales que enriquecerán y darán vida a nuestro jabón, sin olvidarnos de todos esos ingredientes de más con los que los jaboneros nos gusta "jugar" en cada jabón, los aditivos. Y por último los colorantes y aromas si los hubiera.
Cada jabón es una prueba. Probamos ingredientes nuevos, técnicas diferentes, aditivos únicos, colores y aromas. O bien, alguno de ellos. En este caso, los ingredientes de este jabón son ya conocidos en este blog pues se trata de un jabón que nutre, hidrata y protege hasta las pieles más desvitalizadas además de ser apto para todo tipo de pieles. De ello se encargan el aceite de Macadamia en especial y la Manteca de karité en particular. Completan la fórmula de este colorido jabón los aceites de oliva virgen, coco, palma, maíz y la manteca de cacao. Los colores provienen de óxidos minerales y colorantes de grado cosmético. Sin aromas.
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